VIVOS SE LOS LLEVARON VIVOS LOS QUEREMOS.
Es el reclamo. Es la exigencia. Es el grito de muchos,
muchísimos mexicanos frente al gobierno. Es lógica férrea. Los tomaron vivos.
Los llevaron vivos, ergo, regrésenlos vivos.
Es la palabra de los padres/madres de los 43 jóvenes
normalistas desaparecidos. Es el rostro de los familiares de 26,000 o más
desaparecidos en los últimos ocho años. No hay refutación posible.
Es síntesis de muchas demandas ciudadanas ante un gobierno
casi sordo, casi mudo y casi omiso… un casi gobierno, atado de manos y de
neuronas para responder al pueblo, a los ciudadanos, a los gobernados. Atado de
manos por la violencia incontenible e incontenida criminal, ordinaria, modo de
vida, triste modo de vida de una fracción de los mexicanos condenados a servir
a la fuerza bruta en el intento de escapar de ella.
Vivos… es la auto-exigencia de los familiares y otros muchos
apoyadores y solidarios quienes han llegado a otra conclusión lógica: Si el
gobierno no los regresa, ellos los buscarán. Sin ser poetas o ilustrados
llegaron a la misma postura que Juan Gelman, irreductible buscador de una nieta
que ni siquiera lo conocía. Vivos… es la expresión comprensiva de quien rechaza
la violencia y pone la inteligencia – toda – en evitarla y resolver las
consecuencias, so pena de morir en la tristeza. O en la espera de ver cumplida
una promesa sin fundamento o la llegada de un superhéroe inmaterial e
inexistente.
“Nunca más la violencia” queda corto si no sumamos “Nunca
menos la inteligencia.” Es hoy la clave cotidiana de la posibilidad ética de la
convivencia.
M Bazdresch 4 de diciembre 2014